¿Tienes un emprendimiento? ¿Eres líder de un equipo de trabajo?
¿Tienes personas que te ayudan, pero igual te necesitan para que todo se mueva?
Cuando el trabajo comienza a crecer, la mayoría de las veces terminamos haciendo agua y pasamos a ser esclavos de nuestro trabajo si no estamos bien organizados.
Y algo peor todavía, ¿quisieras delegar parte del trabajo para que otra persona te libere y puedas dedicar tiempo a actividades más estratégicas o incluso tener más tiempo personal, pero no sabes ni por dónde empezar?
Incluso, llegas a considerar que el problema es que no puedes conseguir alguien capaz de hacerlo como vos esperas.
La mayoría de las tareas de una empresa o emprendimiento, e incluso las de un freelance, se pueden sistematizar.
¿Qué es esto? Organizarlas de acuerdo con procedimientos y criterios específicos que definen la forma de realizar las tareas, de modo que puedan repetirse sin pensar cada vez que sean necesarias y que así, sea más sencillo entrenar a otras personas para que las ejecuten.
Entre las tareas que se pueden sistematizar están, desde las más simples, por ejemplo: “cómo se contesta el teléfono o se responden los mensajes dentro de la empresa” hasta las más avanzadas como puede ser un sistema de formación y evaluación de desempeño y cumplimiento de objetivos de cada puesto.
Lo ideal sería que vayamos generando un proceso establecido cada vez que ejecutamos una tarea (que luego deberemos repetir periódicamente) y conseguimos un resultado que nos satisface.
Es muy raro que alguien haga esto…
Si ya tienes el caos instalado y un montón de trabajo que no puede detenerse, necesitas ponerte como parte de los objetivos del próximo trimestre, semestre o año, la sistematización de las actividades.
Una vez que está decidido, hay que asignarle un tiempo y seguir los siguientes pasos:
Un detalle extra, ningún procedimiento o proceso estandarizado funciona sin el entrenamiento y disciplina de quien debe aplicarlo. Para conseguir que tu equipo lo sienta propio, debes hacer que todos participen de este proceso.
- Hacer una revisión de tu mapa completo de procesos o actividades: qué se hace, en qué momento, quién lo hace, qué información genera, cómo se relacionan entre ellos. NO EL IDEAL, EL QUE ESTÁS EJECUTANDO HOY (con sus falencias).
- Analizar el mapa de procesos, las actividades, las entradas y salidas de cada proceso y hacer una lista de los inconvenientes, limitaciones y retrabajos que se están generando en cada uno.
- Clasificar los inconvenientes de acuerdo al Impacto, Urgencia de Solución y Posibles complicaciones a futuro. Con esto vas a usar Pareto para seleccionar el 20% de las actividades que, al ordenarlas, reducen el 80% de los esfuerzos y los problemas.
- Ahora ya podés elegir los procesos que tenés que “atacar” primero y podés empezar a pensar en el ideal, generar un procedimiento, con entradas y salidas estandarizadas y definir así, funciones y responsabilidades claras.
¿Parece mucho trabajo? Lo es, pero es temporal, y una vez que hayas conseguido el orden y puedas delegar, vos y tu equipo dejarán de salir corriendo tras detalles e imprevistos.
Además, siempre puedes contratar a alguien que lo haga por ti y será más rápido y con menos esfuerzo.
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